Muchas personas que han tenido que someterse a una intervención quirúrgica probablemente no han llegado a conocer a su anestesista (o Anestesiólogo, que es el término correcto), a pesar de que su trabajo resultó de vital importancia para su seguridad y el buen desarrollo de la intervención. Para ellos sólo fue un doctor (muchos ni siquiera están seguros de que fuera un médico) que le hizo dormir de pronto y después le despertó, sin que sepan con claridad cuál fue su misión entre esos dos hechos que constituyen todo su recuerdo de la anestesia.
La Anestesiología es una especialidad médica, para la cual además de los años de estudio en la Universidad para graduarse de médico, se requiere tomar un curso especial de 4 años, incluyendo en el mismo una Residencia Médica Hospitalaria a la que se accede únicamente a través de un concurso de oposición. Durante el período de Residencia, el futuro Anestesiólogo es sometido a evaluación continua de su formación, exámenes periódicos semestrales y varias pruebas finales teóricas y prácticas que debe aprobar para obtener el título de la especialidad. De esta manera, para recibir el título habilitante de Anestesiólogo, el aspirante a la especialidad debe estudiar 12 años para graduarse.
Durante este tiempo, el futuro Anestesiólogo aprenderá el manejo de fármacos y del instrumental propio de la especialidad y adquirirá conocimientos sobre temas de Cardiología, Neumología, Neurología, Terapia Intensiva, etc., con el objeto de actuar en la forma más eficiente para el control clínico al que será sometido durante la operación.
Ello permite al Anestesiólogo interpretar correctamente los datos contenidos en su historia clínica, los análisis de laboratorio que la acompañan, las radiografías, el electrocardiograma, etc.
El papel primordial del Anestesiólogo dentro del quirófano va mucho más allá de «dormir» a los pacientes, y consiste no solo en elegir el tipo de anestesia más apropiada para Ud. según sus condiciones físicas y el tipo de operación a la que se someterá, sino que tiene como misión proteger y regular sus funciones vitales de forma que la intervención quirúrgica le ocasione las menores alteraciones posibles. Estos especialistas son, de hecho, los doctores encargados de diagnosticar y tratar cualquier problema o incidente médico que surja durante la intervención o en el período inmediatamente posterior.
El Anestesiólogo es concebido actualmente como el especialista «perioperatorio», esto es, el encargado del cuidado médico del paciente a todo lo largo de su proceso quirúrgico. Ello incluye el estudio y preparación del mismo antes de la intervención (preoperatorio), la supresión del dolor y la vigilancia de las constantes vitales durante la cirugía (intraoperatorio), y la continuación de estos cuidados una vez finalizada la intervención, hasta que el paciente está en condiciones de volver a la sala de hospitalización (postoperatorio), todo ello manteniendo una comunicación permanente con el equipo de cirujanos.
Actualmente, la legislación de nuestro país no permite la práctica de la Anestesiología a enfermeros o personal sanitario técnico no médico.