
Una vez que Ud. ha quedado inconsciente, el anestesiólogo comienza con una parte realmente delicada de su trabajo, que consistirá en controlar sus constantes vitales y tratar cualquier alteración que se produzca en su estado físico durante la intervención.
Las funciones vitales se controlarán durante la anestesia de acuerdo a las normas más estrictas de seguridad según protocolos internacionales y nacionales establecidos por las instituciones representativas de los Anestesiólogos.
Para esta función, emplearemos una variedad de avanzados aparatos electrónicos que permiten medir y vigilar las reacciones de su organismo a la anestesia y la cirugía. Así por ejemplo, serán monitorizados su presión arterial y la frecuencia cardíaca, la eficacia de su respiración, y el contenido de oxígeno en su sangre, la cantidad de líquidos que se le administren, el electrocardiograma y la actividad de su corazón latido a latido, etc. El médico Anestesiólogo tomará las decisiones apropiadas para que todo el procedimiento se desarrolle sin inconvenientes, de acuerdo a las necesidades quirúrgicas.
Una vez concluido el procedimiento quirúrgico, se retira la medicación anestésica y se revierten sus efectos.
Durante la fase de recuperación o despertar, el anestesiólogo iniciará el tratamiento necesario para atenuar el dolor y las molestias del postoperatorio.